La gestión de proyectos en múltiples equipos con la triple restricción del tiempo, los costes y el ámbito es una labor intensiva. La asignación de recursos según disponibilidad, el reparto de tareas, el control de la ejecución, el seguimiento e informes de progreso y las previsiones de futuro son pasos fundamentales en nuestros proyectos, que son complejos e implican a múltiples equipos.
A partir de un conjunto de flujos de trabajo predeterminados, el gestor de proyectos selecciona el flujo a ejecutar y escoge al equipo responsable. Esto desencadena automáticamente una serie de tareas definidas por el flujo de trabajo del proyecto. Las transferencias a superiores, las dependencias y los flujos de excepciones controlan el comportamiento de estas tareas con un gran nivel de precisión. En función del grado de importancia, se envían notificaciones sobre retrasos o cuellos de botella a los gestores de proyecto y la dirección ejecutiva. Un subproceso de seguimiento de estado diario actualiza el estado de todos los proyectos cada día. Esto da lugar a informes detallados y actualizados del estado de un proyecto, que combinamos y mostramos en paneles de control.
Reducción significativa del tiempo y los costes asociados a la gestión de proyectos. El proyecto, cuando está representado por un proceso, se vuelve un entorno inteligente y dinámico. El proceso entrega tareas, hace un seguimiento del progreso respecto a hitos, facilita informes acumulados a los ejecutivos, identifica cuellos de botella y da visibilidad a terceros.