Al igual que muchas instituciones sanitarias, BHNC tuvo que hacer frente a varios desafíos operativos con sus sistemas legacy y procesos basados en papel para gestionar la prestación de servicios y la coordinación en toda la empresa.

Esto hacía difícil ver la disponibilidad de personal, de instalaciones y de inventario crítico. Informes lentos e inexactos magnificaron estos problemas, contribuyendo a retrasar los tiempos de respuesta y a interrupciones evitables del servicio. Además, la ineficiente coordinación de la atención, que incluía muchos pasos manuales, estaba repercutiendo negativamente en los resultados para los pacientes y para los proveedores de asistencia sanitaria.

Los problemas se agravaron con la crisis de la COVID-19, que puso a prueba todo el sistema sanitario.